por Raúl Ortiz Patiño
El usa los mismos métodos de gestión (¿o indigestión?) de la Corporación Bananera que heredó de su padre para «goberna» el Ecuador. No logra establecer la diferencia entre gestión pública y gerencia privada. Tampoco liderazgo democrático de autoritario. Menos liberalismo de fascismo para catalogarlo como capitalista al menos. Su gestión es caótica, demagógica y visceral. No tiene Plan de Gobierno ni tampoco Plan Fénix para enfrentar con éxito la inseguridad pública provocada por los Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) y la Mafia Albanesa que está infiltrada hasta en los tuétanos de las instituciones del Estado.
A sus opositores políticos y críticos los encasilla como «correístas» sin esforzarse por realizar un mínimo análisis intelectual, histórico, contextual o dialéctico, pues desconoce estos métodos. Su gobierno (sic) se simplifica en declaraciones de Estados de Excepción al estilo de su antecesor Guillermo Lasso, para enfrentar la violencia y de paso las protestas sociales. Toma decisiones vía Decretos Ley, los que presiona por aprobar a toda costa en la Asamblea Nacional por la vía de probables sobornos a algunos asambleístas o mediante acciones ilegales desconociendo a propósito el rol legislativo de dicha función del Estado, como está ocurriendo con la promocionada Ley «Antipillos» que gravaría otro impuesto a la compra de vehículos usados con el supuesto de que es un nicho de lavado de dinero, aún no comprobado. Maneja un estilo de comunicación muy limitado por su incapacidad de hilvanar discursos informativos coherentes por lo que recurre siempre a emitir tiktoks con mensajes burdos, banales, rápidos; como la comida americana que le gusta, y cargados de disparadores de emociones primarias dirigidos principalmente a jóvenes y usuarios de redes sociales.
Por esto, el Presidente de Ecuador, Daniel Noboa, no entiende un país que no conoce en sus formas y menos en sus entrañas. Nació, creció y estudió en Miami a donde va a refugiarse y sacar su estrés permanentemente. Desconoce en absoluto las catorce culturas ancestrales de las nacionalidades indígenas ecuatorianas, además de los pueblos negros y montubios. Tampoco percibe las expresiones culturales y artísticas que surgen en las ciudades y ruralidades en su riqueza, frescura crítica, simbolismo y estilo contestatario legítimo. Toda crítica la desaprueba con resabio u ironía y la confronta personalmente o a través de ministros o funcionarios. Opositores políticos, periodistas, académicos, mujeres críticas y hasta funcionarios de la Embajada de México son una prueba palpable. Recién, hace días, se ha ensañado contra el grupo artístico juvenil de hip hop, Mugre Sur, y su performance presentado en el evento artístico musical Quito Fes que mostró una imágen de cartón del Presidente de las que usó en la campaña electoral, con una soga alrededor del cuello y un texto contestatario potente.
De otra parte, Archidona, la población más pacífica del Ecuador lleva protestando diez días frente al capricho bukelista del Presidente que quiere construir una Mega Cárcel en dicha población, dentro de la cárcel nacional en que está convirtiendo al Ecuador como si fuese una de sus haciendas bananeras, en cuyo interior los ciudadanos de todo el país estamos sobreviviendo a las balas cruzadas de los GDO y sus execrables acciones diarias como extorsiones, secuestros, asaltos, violaciones y hasta masacres horripilantes.
El pueblo de Archidona cuenta con el respaldo de toda la provincia del Napo, la Confederación Nacional de Organizaciones Indígenas y Campesinas del Ecuador (CONAIE, principal organización indígena del país), la CONFENIAE con sus siete organizaciones indígenas de toda la región amazónica y la gran mayoría de otras organizaciones sociales y ciudadanía en general. El pueblo de Archidona y sus aliados se encuentran en paro y no están dispuestos a deponer la medida, a la que suman otras demandas de vieja data producto del abandono de los últimos gobiernos nacionales.
El desenlace de este conflicto entre un Presidente neoliberal, soberbio y autoritario con pujos de dictador que quiere a toda costa la reelección de su mandato y un pueblo heredero de más de 500 años de resistencia indígena, escapa a cualquier vaticinio objetivo. Sin embargo, vale proponer una hipótesis que podría definir el futuro político de Noboa. El Presidente retira su proyecto de mega cárcel de la ciudad de Archidona o su reelección entraría a un nivel de no retorno dentro de sus aspiraciones de pasar al menos a una segunda vuelta para disputar la presidencia con Luisa González, candidata de la Revolución Ciudadana, movimiento político del ex Presidente Rafael Correa, el próximo 9 de febrero, la misma que lleva, según encuestas serias, una considerable ventaja.
Toda la solidaridad con el pueblo de Archidona, debe ser la posición de un pueblo ecuatoriano sumido en un año de mentiras, crisis económica, migración masiva, inseguridad pública, desempleo, desinversión, apagones por más de dos meses con horarios de hasta 14 horas, y para colmo, desplantes autoritarios con claras violaciones a la Constitución de la república por parte de NO-boa.
El desenlace dependerá de los niveles de movilización y solidaridad popular; acuerdos legislativos para impulsar una posible destitución del Presidente por abrogación de funciones al haber suspendido por 150 días a su propia Vicepresidenta Verónica Abad mediante una ley y procedimientos ilegales que no corresponden a una autoridad electa por votación popular. La otra salida consistiría en una abrumadora votación a favor de quien encabeza las encuestas (Luisa González) y un manejo transparente del proceso electoral que lamentablemente genera dudas debido a que la Presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint, habría gestionado un consulado en Estados Unidos que le fue otorgado a su hermano por el actual Presidente Daniel NO-boa.
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