
Las Administradoras Privadas de Fondos de Retiro, AFORES, el sistema de ahorro para el retiro de los trabajadores administrado por empresas financiera privadas, ha fracasado. La ley del IMSS de 1997 y posteriormente la ley del ISSSTE de 2007 privatizaron el sistema de pensiones con el argumento de que no habría recursos suficientes para financiar las pensiones de los trabajadores con el régimen solidario prevaleciente porque los trabajadores en activo no podían garantizar pensiones para los que se jubilaban y porque, con el aumento de la esperanza de vida, el gasto en seguro médico iba a requerir enormes recursos financieros. Con ese argumento neoliberal privatizaron las pensiones y además embellecieron esta reforma con otro argumento: de que esos fondos de los trabajadores administrados por las AFORES los iban a invertir en proyectos productivos y sociales para el bienestar de México. El neoliberalismo no creó empleos suficientes y redujo los salarios reales; y de ese modo hubo menores cotizaciones y al sistema solidario de pensiones lo pusieron en crisis deliberadamente. Pero al mismo tiempo la productividad del trabajo creció pero su reparto favoreció a las ganancias del capital en detrimento de los salarios. Los patrones podían haber aportado más en sus cotizaciones al sistema solidario, pero no lo hicieron para facilitar el paso al sistema privatizado de pensiones.
A marzo de 2025 los recursos que administran las AFORES suman casi 7.2 billones de pesos que equivalen al 21.3% del PIB. Del total de estos ahorros de los trabajadores el 47% está invertido en deuda pública interna del gobierno federal, en bonos y Cetes, el gobierno paga intereses y lo que pide prestado es para obra pública. Otro 15% se invierte en valores extranjeros y el 38% restante financia a empresas privadas nacionales. Desde 1997 a marzo de 2025 los rendimientos netos acumulados suman 3.9 billones, pero se han pagado por comisiones 560 mil millones de pesos: el 14% de los rendimientos fueron a utilidades de los dueños de las AFORES y al pago de impuestos al gobierno. Si no se hubiesen pagado esas enormes comisiones el saldo de los ahorros de los trabajadores se elevarían a más de 7.7 billones de pesos: una gran tajada de los ahorros de los trabajadores enriquecen a los dueños de las AFORES que a su vez son dueños de bancos, empresas y grupos financieros y están asociados con los grandes fondos de inversión extranjeros como BlackRock. Incluso este último tiene inversiones en infraestructuras en transportes terrestres, aéreos y marítimos, en comunicaciones, energía, centros de datos, en deuda, etc. en México y los ahorros de los trabajadores en las AFORES a su vez financian proyectos de BlackRock.
La CONSAR informa que las AFORES financian tanto al gobierno como al sector privado y que se invierte en energía, carreteras e infraestructura, etc., pero al menos en este último sexenio, de 2018 a 2024, la economía casi no creció, lo hizo al 0.8% anual, y en cambio el saldo de los ahorros de los trabajadores en las AFORES más que se duplicaron, pasaron de 3.3 billones a 6.8 billones. Una gran suma de dinero fue invertida por las AFORES y sin embargo no se ve reflejado en el desempeño de la economía nacional, pero sí en las ganancias de empresas y bancos que crecieron como nunca. Se hace imprescindible auditar a las AFORES para indagar cómo y en dónde invierten el dinero de los trabajadores.
El gobierno estableció el año pasado el Fondo de Pensiones para el Bienestar como una forma de complementar a las reducidas pensiones oficiales otorgadas por el sistema AFORES. Este Fondo es financiado con recurso públicos y con ahorros de los trabajadores no reclamados, pero los empresarios no aportan nada a este fondo sino que son subsidiados. Las AFORES han fracasado en otorgar pensiones dignas a los trabajadores de México y han fracasado también en promover el desarrollo nacional con justicia social. Cuantiosos recursos de los trabajadores se utilizan para financiar a los capitalistas y al gobierno, porque estos tal parece que no son capaces de hacerlo. No hay inversión privada y tampoco hay inversión pública porque enormes recursos públicos (1.4 billones en 2025) se destinan al pago de intereses a una enorme deuda pública que se acerca a los 20 billones de pesos.
Usar los ahorros de los trabajadores para financiar a los capitalistas (nacionales y extranjeros) supone financiar a un sistema económico incierto y propenso a crisis periódicas y severas que pulverizan los rendimientos de los ahorros de los trabajadores. Desde 1997 los rendimientos de las inversiones de las AFORES suben y bajan, pero en 2022 los rendimientos fueron negativos por la cantidad de 215 mil millones de pesos. Esto perdieron los trabajadores en un año y no hay responsables del quebranto, pero en ese mismo año las AFORES cobraron comisiones y obtuvieron utilidades. Los ahorros de los trabajadores traspasaron recursos para que el gobierno recaudara impuestos y las AFORES tuviesen ganancias. En tiempos de crisis los ahorros de los trabajadores se reducen, pero los dueños de las AFORES siempre tienen ganancias y no pierden y el sistema AFORES no es parejo. Las AFORES son un mal negocio para los trabajadores pero un buen negocio para empresarios y oligarcas financieros. Las AFORES se deben desprivatizar y se debe regresar al sistema solidario y con administración de los trabajadores para decidir sobre sus ahorros e inversiones para pensiones dignas y un México próspero, justo y soberano.
No más Deuda Pública