
El Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Autobuses de Teherán y Suburbios, miembro de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas, transmite este texto, firmado con otras organizaciones independientes de Irán:
A la luz de las actuales condiciones inestables y peligrosas en Irán y en la región, las organizaciones abajo firmantes consideran su deber adoptar una posición colectiva.
El pueblo trabajador de Irán -trabajadores, profesores, enfermeras, jubilados y otros asalariados- nunca ha tenido ni tendrá interés alguno en la guerra, la militarización, el bombardeo del país o en políticas opresivas y explotadoras.
Los ataques militares israelíes y el bombardeo de cientos de objetivos en diferentes partes de Irán -incluidas infraestructuras, lugares de trabajo, refinerías y zonas residenciales- forman parte de un proyecto belicista cuyo costo se paga con las vidas, los medios de subsistencia y el futuro de la gente común, especialmente de la clase trabajadora.
La afirmación de Israel de que no guarda ninguna hostilidad hacia el pueblo de Irán no es más que una mentira y propaganda política. Ayer mismo, el ministro de Defensa israelí amenazó con «quemar Teherán». Las repetidas amenazas de Trump y otros funcionarios estadounidenses, junto con el pleno apoyo de los gobiernos occidentales a tales acciones, solo han alimentado aún más la tensión, la inseguridad y la destrucción en la región.
Los gobiernos de Israel y Estados Unidos son los principales responsables del genocidio que se está cometiendo en Gaza y de otros muchos crímenes en la región y en todo el mundo. Las Naciones Unidas y las instituciones internacionales que hipócritamente posan de pacifistas mientras guardan silencio ante estas atrocidades forman parte del mismo sistema de dominación. El conjunto del sistema capitalista mundial, su lógica basada en el beneficio y las potencias imperialistas son las principales causas de las guerras, las catástrofes humanas y la destrucción del medio ambiente.
La clase obrera de Irán no sólo no se beneficia de la guerra, sino que estas guerras han atentado directamente contra su vida y su seguridad. La continuación de las sanciones económicas, la asignación de presupuestos masivos a asuntos militares y la restricción de las libertades conducirán a una mayor pobreza, a una represión más amplia, al hambre, a la muerte y al desplazamiento de millones de personas.
Nosotros, las organizaciones obreras de base, las organizaciones de trabajadores independientes y activistas de Irán, no nos hacemos ilusiones de que Estados Unidos e Israel quieran traernos la libertad, la igualdad y la justicia, como tampoco nos hacemos ilusiones sobre la naturaleza y la conducta represivas, intervencionistas y antiobreras de la República Islámica.
Nosotros, los trabajadores y los explotados de Irán, hemos pagado durante muchos años un alto precio -incluidos el encarcelamiento, la tortura, la ejecución, el despido, las amenazas y las palizas- en nuestra lucha por garantizar hasta los más básicos derechos y necesidades vitales. Seguimos privados del derecho a organizarnos, a reunirnos y a la libertad de expresión. Los trabajadores y el pueblo trabajador de este país están legítimamente furiosos y hastiados de la República Islámica y de los capitalistas que, durante las últimas cuatro décadas, han amasado riquezas astronómicas a nuestras espaldas mientras nos condenaban a una inseguridad y unas privaciones perpetuas. Todos los funcionarios e instituciones implicados en la represión y el asesinato de trabajadores, mujeres, jóvenes y personas oprimidas de Irán deben ser procesados y responsabilizados por el propio pueblo oprimido.
Nuestra lucha como trabajadores es una lucha social y de clase. Esta lucha sólo avanzará confiando en nuestras propias fuerzas, en continuidad con los movimientos de los últimos años -incluyendo «Pan, Trabajo, Libertad» y «Mujer, Vida, Libertad»- y a través de la solidaridad con la clase obrera internacional y todas las fuerzas humanistas, que buscan la libertad y la igualdad.
La continuación de la guerra actual sólo puede traer mayor destrucción, daños medioambientales irreversibles y la repetición de desastres humanos. La clase obrera y el pueblo empobrecido de Irán -al igual que los oprimidos de otros países de la región- se encuentran entre las principales víctimas de esta situación.
Las organizaciones abajo firmantes llaman a todas las organizaciones sindicales, instituciones de derechos humanos, grupos antibelicistas, activistas medioambientales y fuerzas pacifistas de todo el mundo para que se unan en la exigencia del cese inmediato de la guerra, los bombardeos, la matanza de inocentes y la destrucción del medio ambiente, y para que apoyen las luchas del pueblo de Irán y de la región para poner fin al genocidio, el militarismo y la represión.
Los pueblos de Oriente Medio necesitan urgentemente que se ponga fin a las devastadoras tensiones entre las potencias regionales y mundiales, y que se establezca una paz justa y duradera, una paz en la que los pueblos puedan determinar su propio destino mediante la organización, las organizaciones de masas, la expansión de las protestas y la participación directa y colectiva.
No a la guerra – No a las políticas belicistas
Un alto el fuego inmediato es nuestra demanda urgente
Firmantes:
-Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Autobuses de Teherán y Suburbios
-Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Caña de Azúcar Haft Tapeh
-Trabajadores Jubilados de Khuzestan
-Alianza de Jubilados (Ettehad Bazneshastegan)
-Comité de Coordinación para Ayudar a Formar Organizaciones de Trabajadores
-Grupo de Unidad de los Jubilados