
por Ricardo Klapp Santa Cruz
El 26 de junio, se cumplen 117 años del Natalicio de Salvador Allende. Luchador social, desde joven conoció la cárcel y relegaciones producto de la persecución de la derecha. Integró las Milicias Socialistas para combatir al fascismo-nazismo en las calles a fines de la década de los años 30 del siglo pasado.
Fue encarcelado perseguido y expulsado de la Universidad, a la que es reincorporado cuando fue derrocado Ibáñez. Durante su época universitaria fue presidente del Centro de Estudiantes de Medicina y de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, además de director del grupo «Avance».
En 1952, fue candidato presidencial, obteniendo un cinco por ciento de los sufragios. En 1956 participó en la formación del Frente de Acción Popular (FRAP), alianza de partidos de izquierda que tuvo una duración de ocho años.
Para las elecciones presidenciales de 1958, el FRAP lo presentó como candidato y obtuvo un 28,8% de los votos. Para las elecciones presidenciales de 1964 nuevamente candidato apoyado por el (FRAP), logró un 39% de apoyo popular.
En 1959 visitó Cuba, entrevistándose con Fidel Castro. En 1965 estuvo en Cuba y Europa y los países socialistas. En julio de 1967, representó a Chile en la primera conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), surgida de un acuerdo Tricontinental, llevado a cabo en La Habana en 1966. A dicho encuentro, asistieron delegados de 27 países.
En 1967, asistió al cincuentenario de la revolución soviética. A su regreso, visitó Cuba y México. En 1969 volvió a visitar Cuba, Corea, Vietnam y Camboya.
Fue Diputado, Ministro, Senador, Presidente del Senado y Presidente de la República.
El 4 de septiembre de 1970 fue electo Presidente de la República, obtuvo más de un 36% de los votos y fue ratificado por el Congreso Pleno el 24 de octubre de 1970, con 153 sufragios a favor, 35 votos en contra y 7 en blanco.
Ejerció entre el 3 de noviembre de 1970 y el 11 de septiembre de 1973. Su objetivo: instaurar el socialismo por la vía democrática o “Vía Chilena al Socialismo”.
En el ámbito internacional, se restablecieron las relaciones bilaterales con Cuba, China, Corea, Vietnam y Alemania Democrática.
En julio de 1971, visitó Argentina y entre agosto y septiembre de ese mismo año, estuvo en Colombia, Ecuador y Perú. Entre noviembre y diciembre de 1972, realizó una gira por México, Estados Unidos, Unión Soviética y Cuba. En mayo de 1973, asistió a la asunción del mando del presidente Héctor Cámpora en Argentina.
El 11 de septiembre de 1973, fue derrocado mediante un sangriento Golpe de Estado Civil-Militar. Resistió con su escolta el ataque al Palacio de La Moneda.
Allende significa nobleza espiritual, una permanente reafirmación del compromiso incondicional con la emancipación, autonomía de liberación humana y de rebeldía del pueblo.
Salvador Allende es rescate de memoria histórica, por su coraje y consecuencia, inteligencia y voluntad transformadora popular.
Fue un líder enraizado en el alma nacional, de discursos entendibles y de gran valor didáctico y de riguroso orden analítico que recogía las aspiraciones populares.
Constructor de la primavera de las esperanzas y de creatividad emancipadora.
Conspiraron contra Chile el gobierno norteamericano, el Pentágono, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el Buró Federal de Investigaciones (FBI), las instituciones económicas y financieras internacionales, el Banco Mundial en acuerdo con la burguesía nacional, el ejército, marina, aviación y carabineros, entrenados en la Escuela de las Américas, donde se formaron la mayoría de los dictadores y torturadores, para convertir a las instituciones armadas en el brazo masacrador de la clase dominante.
La muerte del Presidente Allende, significó el atropello a la dignidad y de tiempos tormentosos, de penurias, humillaciones y oscurantismo. Ese 11 denunció y vaticinó la traición a la patria. Nos anticipó lo que vendría, un periodo gris y amargo y así fue.
El Allendismo es también un sentimiento y una corriente de la ciudadanía popular, de las libertades públicas y de la conciencia social.
Eran años de trabajadores, pero poco de trabajadoras, de sujeto social, pero poco de sujeta social, pero la lucha era por derechos, no de beneficios. De nosotros, poco de nosotras, igual una izquierda con resabios de machismo o patriarcado. Hoy tenemos que reconstruir una izquierda con lenguaje transformador y emancipador.
Hoy existe una izquierda que abandonó los anclajes a los territorios y orgánicas sociales, la distancia con las bases históricas que deriva en articulaciones desunidas y aisladas. Tenemos que crear condiciones para un rearme moral y político, no se puede contemplar la lucha social solo desde los computadores y celulares. La esencia del allendismo es la unidad, la reflexión crítica y la acción para la transformación de la realidad.
En muchos lugares del planeta, los memoriales, museos y monumentos los promueven los vencedores. En Chile, los lugares y sitios y de memoria han sido peticionados por las organizaciones de víctimas del terrorismo de Estado y las organizaciones e instituciones que cuentan con caídos en dictadura. Hay que honrar a Allende y luchadores sociales.
Reconocer a quienes ofrendaron sus vidas por un porvenir mejor, que reivindique los ideales y las utopías aún inconclusas.
Este 26 de junio, realizaremos un acto de homenaje en Puente Alto, al que está toda la izquierda invitada, por un reencuentro del popular.