
por Himelda Ascanio
La tierra en Colombia ha sido el principal factor generador de conflicto; la concentración, el despojo y la extranjerización son, entre otros, los graves problemas que atraviesan el uso y propiedad de la tierra. La riqueza de la tierra colombiana es símbolo de la desigualdad y el conflicto.
La entrega de tierras y la reforma agraria son parte de las promesas incumplidas del actual gobierno. Aunque se continúan haciendo las simbólicas entregas de tierras a comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, muchas de estas entregas tienen justamente más de simbólico que de real. A menudo terminan siendo eventos con un contenido más de espectáculo y propaganda gubernamental. Un ejemplo de ello, fue el publicitado evento en Córdoba, donde el presidente intercambió sombreros con el paramilitar Mancuso, mientras parte de la comunidad protestaba en las afueras del coliseo.
Según cifras de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), en dos años y medio de administración se han gestionado cerca de 569.000 hectáreas. Cifra que está distante de las 3 millones prometidas en campaña. Sin embargo, esta mencionada gestión, que en la mayoría de los casos se refiere a compra de las tierras a los usurpadores terratenientes, no cuenta con elementos de complementariedad. En varios casos no hay una real titulación, el asedio paramilitar continúa, además de las pretensiones de multinacionales extranjeras.
Sin Reforma Agraria, el problema continúa
Si bien es fundamental que las tierras vuelvan a manos de sus dueños legítimos e históricos, alrededor del problema de la tierra giran otros graves problemas de los cuales no se avizoran cambios durante el actual gobierno.
La posibilidad de concretar algunas reformas fue negada, con lo cual pensar en una verdadera reforma agraria no ha estado en las agendas del gobierno, por más que haga autopropaganda al respecto. Por el contrario, el campo colombiano vive una nueva etapa de arremetida paramilitar impulsada desde el mismo Estado. El estrecho vínculo entre Fuerzas Militares estatales y bandas narcoparamilitares se hizo prácticamente público y oficial. Con ello las zonas rurales en todas las regiones del país viven una nueva arremetida, el genocidio contra sus liderazgos continúa, la intimidación y el asedio a las organizaciones se hace desde los propios altos estamentos estatales.
La urgencia de una Reforma Agraria que ataque realmente la inequidad, la tenencia y la productividad del campo colombiano, debe acompañar la titulación efectiva a las comunidades en condiciones de vida digna y posibilidades de producción. Para ello deben cambiar de manera profunda las múltiples concesiones impuestas por el imperialismo.
La discusión sobre el modelo económico y el agro es profunda, debe dar prioridad a la redistribución y apuntar a procesos de soberanía alimentaria, con el fin de cubrir la demanda interna. Esto implica fomentar el desarrollo integral de la producción nacional, lo que exige inversión en tecnificación, infraestructura y vías secundarias y terciarias.
Como lo plantearon las comunidades, pueblos, organizaciones y procesos participantes del Comité Nacional de la Participación, la construcción de la Paz pasa por “Impulsar nuevos modelos sostenibles y propios de producción en los que el Estado cumpla su responsabilidad social, que superen la desigualdad social y el modelo especulativo y monopólico, que permitan y promuevan una transición hacia un modelo económico no depredador del ambiente, las comunidades y acorde con el interés nacional” (Acuerdo 28, entre el gobierno nacional y el ELN, sobre participación de la sociedad en la construcción de la paz).
Asesinados de la semana
Giovanni Ordoñez Triana, era firmante del Acuerdo de Paz, quien venía cumpliendo con su proceso de reincorporación en Icononzo, en la Zona Veredal Antonio Nariño. Fue reportado como desaparecido en el municipio de Melgar, Tolima, el 7 de julio y fue encontrado su cuerpo sin vida el 9 de julio en la vereda El Triunfo del municipio de Fusagasugá, Cundinamarca.
El 10 de julio, en horas de la mañana, al interior de un establecimiento abierto al público, tipo hotel, ubicado en el barrio Centro del municipio de Cartago, Valle del Cauca, fueron asesinadas tres personas con armas de fuego.
Fuente: ELN Voces