
por Wilmar Castillo
Esta año inició con un Estado de Conmoción Interior focalizado en el Catatumbo. Justificado por el asesinato de una familia de Tibú, supuestamente por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) (1) y también porque esta insurgencia empezó a atacar al frente 33 de las disidencias de las exFarc-ep. Esto desencadenó más violencias sobre las comunidades que vieron como una vez más, el Estado colombiano optaba por la salida militar y no política-dialogada para resolver el histórico conflicto social y armado de esta subregión de Norte de Santander. En mayo, empezaron las reubicaciones de familias catatumberas a otros departamentos, entre ellos Boyacá y Tolima, en donde los municipios Puerto Boyacá y Honda, respectivamente, hacen parte de los objetivos de reubicación para albergar a estas comunidades desterradas, siendo fuente de reacciones y debates entre sus alcaldías y diputados contra el gobierno nacional. En medio de todo este ruido, nace una hipótesis que involucra a multinacionales, megaproyectos y bandas armadas privadas.
Mientras el gobierno nacional sacaba provecho político y mediático de la remilitarización del Catatumbo, el ELN se enfrentaba y denunciaba al frente 33 de las exFarc-ep (por hacer pasar a sus miembros como firmantes de paz y así recibir las ayudas del acuerdo de paz del 2016 y utilizar los esquemas de protección en la logística del narcotráfico, frente a otras prácticas anti-revolucionarias) (2). Sobre las denuncias de las comunidades, principales víctimas de la conmoción interior, se conocen señalamientos de algunos liderazgos sociales, campesinos y comunales de ser parte del ELN, que estuvieron regadas por redes sociales y grupos de whatsapp; también la reactivación de los montajes judiciales, ejecuciones extrajudiciales, la utilización de casas y predios civiles como centros de operaciones militares y, por supuesto, que el gobierno del cambio haya escogido la vía militar para resolver el conflicto social y militar del Catatumbo, incumpliendo el mecanismo dialogado a través del Pacto social para la transformación territorial del Catatumbo (3).
En medio de este panorama, en abril de este año, 39 familias del Catatumbo fueron reubicadas en Puerto Boyacá, pero las presiones por parte de desmovilizados de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), habitantes del municipio, alcaldía y consejo municipal, junto a amenazas enviadas directamente a las familias reubicadas, las obligaron a ser desterradas nuevamente (4). La Agencia Nacional de Tierras, les adjudicó un predio en la vereda Llano Villegas, en el municipio de Honda, norte del Tolima, en donde se repitió la misma historia de estigmatización y rechazo institucional, pero hasta ahora no han sido expulsadas del nuevo terreno (5).
Las montañas y ríos del norte del Tolima están amenazados por multinacionales
Diferentes voces comunitarias vienen denunciando al proyecto Santa Ana, a cargo de la multinacional Outgold Silver, que a través de Miranda Gold, tienen a cargo 6.475 hectáreas en contrataciones mineras, distribuidas en 11 títulos mineros y pretenden ampliar a 21.000 hectáreas su área de explotación y saqueo de oro. Por ahora Santa Ana está en el municipio de Falan, pero quieren llegar a los municipios de Mariquita, Fresno, Palocabildo, Casabianca, Villahermosa, Armero-Guayabal y Líbano (6). Sin obviar otros proyectos minero energéticos vigentes y nuevos, las multinacionales y sus filiales colombianas son la amenaza detrás del estado de violencias que sufren las comunidades del territorio, impulsados principalmente por el Estado a través de sus fuerzas militares y paramilitares.
Por algo, el Clan del Golfo (autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia), viene consolidando su control territorial en esta parte del Tolima, a través del clan familiar Isaza y la tercerización de bandas locales, como lo denunció la Defensoría del Pueblo en la Alerta Temprana Estructural 02 del 2023 (7). Juntando con esto las denuncias y pruebas de las disidencias de las exFarc-ep como otro actor paramilitar en el país, nacen preguntas con relación a las personas que intentó reubicar el gobierno nacional en Puerto Boyacá y que terminaron en Honda.
La narrativa oficial se limita a denunciar que los paramilitares controlan el narcotráfico y sus disputas son por algún eslabón de este negocio, pero al ampliar la visión sobre estos actores y los territorios donde viven, coinciden con megaproyectos minero-energéticos vigentes y/o con los aprobados recientemente, sumándole las proyecciones de inversión extranjera en otros renglones de la economía como monocultivos (8). Entonces ¿solamente las rutas del narcotráfico y el control territorial son los únicos objetivos de los grupos paramilitares? O ¿tendrán alguna función en esos intereses económicos extranjeros? En la historia de las luchas contra las multinacionales y sus aliados locales, la militarización territorial por parte del Estado es la prenda de garantía para que cuajen sus negocios y de acuerdo con la tercerización de los conflictos armados actualmente, por parte de Estados Unidos, la OTAN y Rusia, tiene sentido preguntarse por el papel de las comunidades catatumberas reubicadas en Honda, teniendo en cuenta las amenazas contra los bienes naturales del norte del Tolima.
Por ende, ¿el Estado colombiano está garantizándole mano de obra barata y cuerpos de seguridad privados a las multinacionales-aliados locales en el norte del Tolima? ¿Qué tipo de negociaciones hará el gobierno nacional con los grupos de poder económicos y políticos de Honda (y de paso del Tolima) para que dejen tranquilos a los nuevos habitantes? Hoy en día, no importa el brazalete con que dispare el paraco, entre más brazaletes se ponga, más dificulta su identificación, sin embargo, su función de “limpiar” el territorio de las voces críticas a los intereses económicos privados y multinacionales sigue siendo la misma (9).
Como dije al principio, esto es una simple hipótesis que nace juntando acontecimientos e intereses bajo la lectura de la realidad. Pero en esta hipótesis sí hay algo concreto, que el territorio sigue siendo una tienda de bienes naturales estratégicos, ofrecida a los ricos más ricos del mundo para que se las roben y defenderán ese despojo con las armas que puedan pagar.
Notas:
3- https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/PublishingImages/Planeacion-y-desarrollo/2024/Agosto/pdf/pactos-catatumbo.pdf ; https://ascamcat.com/wp-content/uploads/2025/04/comision-de-verificacion-1.pdf d
6- https://www.instagram.com/reel/DBtsjZtx9cW/?igsh=MWdrbnAyZDlyNHUweg==
7- https://revistaraya.com/los-exjefes-de-las-auc-que-comandan-la-expansion-del-clan-del-golfo-en-el-magdalena-medio.html ; https://alertasstg.blob.core.windows.net/alertas/002-23.pdf
8- https://equipojuridicopueblos.org/wp-content/uploads/2024/04/Extractivismo.y-muerte.pdf ; https://asociacionminga.co/el-catatumbo-biodiverso-frente-al-desarrollo-extractivista-de-la-palma-y-el-petroleo/
9- https://noticiaspia.com/colombia-el-catatumbo-fracaso-total-de-la-paz-total/