
por Manuel Acuña Asenjo
UNA LLAMADA DE ATENCIÓN
El sábado 19 del pasado mes de julio, publicó ‘El Mercurio’ una “Carta abierta a José Antonio Kast, Evelyn Matthei, Johannes Kaiser y a los dirigentes y candidatos al congreso de la oposición al gobierno”. El libelo estaba firmado por 160 personas, entre las que se contaba un grupo selecto de empresarios del país, junto a algunos personajes que, de una u otra manera, participaron en lides políticas anteriores.
“Chile enfrenta un riesgo enorme de extender y proyectar la impronta de este gobierno: la inseguridad y la violencia; el estancamiento y la falta de oportunidades; los malos servicios públicos y la corrupción; las listas de espera y la inmigración descontrolada, se han transformado en una realidad que ensombrece al país y amenaza nuestra convivencia y cohesión social”, decía en uno de sus párrafos la referida carta. Y aludiendo sin rodeos al problema central de la fragmentación política de ese sector, agregaba: “[…] sabemos que sin unidad existe un riesgo enorme de perder una elección que, con inteligencia y coordinación debiera ganarse […]”
Más adelante, junto con reconocer a sus citados el derecho a discrepar, les urgía diciendo: “[…] posterguen sus legítimos intereses y pongan a Chile primero y trabajen unidos por un programa y una lista parlamentaria”.
Interpretando las palabras de los empresarios y citando a dos fuentes que no individualizó, agregaba un comentarista sobre el particular: “O se ponen de acuerdo Kast y Matthei, y el resto de la centroderecha, o no habrá aportes de campaña”. ¿Traducido? Sin unidad en la derecha, no hay chequera”.
REACCIONES
La noticia causó revuelo. Se repitió y comentó en varios rotativos. Porque no siempre el empresariado hace ese tipo de advertencias públicas. Por el contrario, para dirigir ese tipo de reprimendas a sus representantes políticos acostumbra, generalmente, convocarlos a un encuentro privado. Lo hace a espaldas de los medios de comunicación que, no obstante ser de su propiedad, hacen, a menudo, revelaciones indiscretas que pueden ser negativas para sus fines políticos. El carácter privado de esos encuentros evita comentarios públicos indeseables.
Sin embargo, por esa misma circunstancia, aseveraba un analista, “La misiva, aparecida como una inserción pagada en la prensa, no es un simple ejercicio epistolar ni un gesto de pluralismo. Es en su forma y contenido, una intervención política directa que remite a una tradición histórica de la derecha chilena: la de los circuitos extrainstitucionales del poder”.
IMPORTANCIA DE LA NOTICIA
A pesar de no haber sido suscrita por empresarios de la talla de Andrónico Luksic, de Julio Ponce Lerou y de otros connotados hombres de negocios, la noticia ha tenido la virtud de poner en evidencia la estrecha dependencia que existe entre determinados actores políticos y el empresariado, materia de la cual poco o nada se habla. Por el contrario: se recurre a una separación artificial entre ‘derecha’ política y ‘derecha’ económica. En esa dirección se orienta, también, la concepción que, sobre el particular, propone Norberto Bobbio—; en consecuencia, se deja de lado la verdadera relación que existe entre el empresariado y los actores políticos de la nación.
Como lo hemos señalado en numerosos artículos, los vocablos ‘derecha’ e ‘izquierda’ ―aunque de uso extendido y frecuente― no existen en la teoría social. Y, sin embargo, la prensa, como formadora de ideología, ha hecho que tales expresiones se empleen constantemente tanto por las clases dominantes como por las dominadas en sus relaciones políticas, ocultando que en el régimen de gobierno vigente las clases sociales, y sus respectivas fracciones, actúan representadas por partidos políticos en la escena política nacional.
LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA
En estricta teoría, los partidos políticos representan los intereses de las clases y/o fracciones de clase en la escena política nacional. Las razones son muchas; sobre algunas de ellas, volveremos más adelante.
¿Cómo sucede todo ello? En la teoría clásica, la rotación del capital, ciclo que se repite constantemente, especializa a los empresarios en productores, mercaderes y banqueros, y cada una de estas categorías se subdivide según el volumen de su capital. Al mismo tiempo, cada una de estas divisiones afecta a quienes llegan a venderles su fuerza o capacidad de trabajo, dividiéndolos según sea la actividad que desarrolle su patrón o empleador. Nacen así los trabajadores de la industria, del comercio y de la banca.
El empresario tiene como misión acrecentar su capital; esa es su función y motivo principal. Raras veces participa en política pues no tiene tiempo para ello. Recurre, entonces a otras personas que asumen su representación política. Estas personas, para realizar tal cometido, integran organizaciones ad hoc (partidos) que, en definitiva, nacen para realizar esa misión. Se puede, en consecuencia, decir que esos individuos son empleados o servidores de los dueños del capital, cumpliendo una función muy similar a la que realizaban los vasallos, en el modo de producción feudal: “[…] la clasista interpelación empresarial cuida la forma del mensaje apelando a ganar la presidencia y la mayoría del parlamento, sin embargo, el texto deja al descubierto la concepción instrumental de estos actores-financistas, que puestos ante un potencial riesgo no dudan en instruir, por el diario, calculadas acciones políticas saltándose hasta la representación de sus organizaciones gremiales clásicas, léase CPC, Sofofa o la SNA”.
REPRESENTACIÓN POLÍTICA DE LAS CLASES Y FRACCIONES DE CLASE DOMINANTE
Las clases y fracciones de clase dominante, hasta hace poco, actuaban representadas por la Unión Demócrata Independiente UDI, Renovación Nacional RN y Evolución Política EVÓPOLI. Precisamente por ello, hasta hace poco podíamos separarlas de acuerdo a las tres fracciones centrales y aseverar con cierta seguridad que la UDI representaba predominantemente a la clase de los dueños de las finanzas o banqueros; Renovación Nacional a la industria y EVÓPOLI a los comerciantes. Por regla general. Y decimos ‘predominantemente’ pues la actividad de unos no siempre se manifiesta como ‘pura’ sino se encuentra estrechamente entrelazada con otras. Así, un financista o banquero puede ser dueño de una industria o de un gran almacén; y un comerciante, poseer una industria o un banco, como ha sucedido con las casas comerciales de Ripley, Falabella o París.
Los pequeños industriales, comerciantes y banqueros no aceptan de buenas ganas ser representados por aquellas organizaciones que defienden los intereses del gran capital. En otras palabras, no se sienten representados por ellos. A veces buscan que esa tarea sea realizada por otras organizaciones políticas.
RADIOGRAFÍA A LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA DE LA CLASE Y FRACCIONES DE CLASE DOMINANTE
La representación política de las clases y fracciones de clase dominante no está integrada por empresarios sino excepcionalmente. Algunos de sus representantes poseen profesiones liberales, otros no. Un sector numeroso proviene del más variado mundo social. No necesitan ser sujetos ilustrados. En verdad, no lo necesitan. Basta que sean leales conservadores, es decir, personajes poco interesados en ejecutar cambios sino en perseverar, más bien, sobre lo que existe. No por algo están siempre proponiendo arreglos al sistema vigente sin cambiar su esencia. Aman el statu quo. No se caracterizan por su brillantez intelectual. Exigirles conocimientos cabales sobre temas teóricos es perder el tiempo. Como buenos especialistas, aprenden rápido lo que deben hacer en el desempeño de sus cargos y son, a menudo, insuperables en su especialidad, pero carecen de visión holística.
Existe, en consecuencia, un intrincado vínculo entre el empresariado y su representación política, por lo que no resultan atinadas las palabras de un diputado de Renovación Nacional en orden a negarlos cuando, refiriéndose a las ventajas que tiene el arribo de Juan Sutil al comando de la candidata Evelyn Matthei, lamenta las voces recriminatorias que ha escuchado al respecto: “Que porque es un empresario no sería una buena carta o no sería un aporte, o eventualmente estaría sujeta la candidata Evelyn Matthei al mundo empresarial”.
Como actores políticos, son sujetos díscolos y atrabiliarios; personajes que, en algunos casos, pueden adoptar actitudes hasta groseras o delincuenciales. Muchos se han llegado a convencer de ser ellos mismos la clase dominante y no quienes los colocaron allí. Y actúan de esa manera. Como si de sus voluntades dependiera la suerte de la nación. En algunos casos sus actuaciones alcanzan tal grado de paroxismo que amenazan, precisamente, a quienes los han colocado en el lugar que se encuentran. En suma, se han convencido de ser ellos la clase que domina y han abandonado definitivamente el rol que deben desempeñar.
¿Extracción de clase? Y lo hemos dicho: hay de todo. Hijos de pequeños comerciantes (tiendas de ropa, restaurantes, librerías, almacenes, talleres mecánicos, etc.), de empleados del Estado (diplomáticos, jefes de reparticiones públicas, parlamentarios, etc), de ex miembros de las Fuerzas Armadas, descendientes de viejas aristocracias arruinadas, en fin. De todo hay en la viña del Señor, se dice.
CONCLUSIÓN
Por lo expuesto, no debe llamar la atención que los empresarios escriban cartas públicas a quienes los representan. Es su derecho. Es la facultad que tienen para enderezar a quienes administran las instituciones del Estado en su nombre. En suma, porque son ellos los dueños del capital y no quienes asumen sus representaciones en el Parlamento. Por eso, no es atinada, e induce a error, la frase pronunciada por el presidente Boric, durante la ceremonia del Premio Anual Dirigencia Social y Comunitaria, en referencia a la carta empresarial: “[…] no sé si vieron a grandes empresarios, firmando una carta en un diario exigiéndole a la derecha que tenía que comportarse de tal manera”.
Hablar de ‘la derecha’ es, desde ya, una inexactitud; y desconocerles el derecho a reprender a sus vasallos es desconocer la teoría social.
Del mismo modo, es equívoca la referencia que hace un economista cuando, refiriéndose al rol del empresariado en la política, señala: “Basta ya. Cada quien a su lugar. La subordinación de la política al gran empresariado no puede continuar y debe ser frenada”.
La relación entre el empresariado y su representación política es de la naturaleza misma del sistema que existe.
No obstante, existe otra razón importante a considerar. En los últimos años, los adelantos tecnológicos han liberado a algunos empresarios de la pesada carga de estar vigilando el constante acrecentamiento de su capital. El tiempo libre ha sido el resultado de esos adelantos. Y eso se ha traducido en cambios profundos. Que exista en USA un presidente empresario es un reflejo de lo que sucede al compás de esos cambios. La representación política parece estar en retirada: la administración directa del Estado por los dueños del capital ha comenzado. En Chile, el gobierno de Piñera marca un significativo precedente.
Es en ese sentido que ha de observarse la candidatura de Matthei y la incorporación a su comando electoral del ex presidente de la CPC Juan Sutil, de la fracción industrial del capital, para quien ella es la candidata de los empresarios; Kast y Kaiser pueden llegar a serlo, aunque en subsidio de quien los representa verdaderamente que, a su juicio, es Evelyn Matthei.
Pero el gremio empresarial no constituye un todo compacto; también deja ver sus fisuras. Los intereses de las fracciones de clase que lo integran son diferentes. Un representante de la variante comercial, como lo ha sido Nicolás Ibáñez, puede sugerir una via alternativa e, indirectamente, apoyar otra opción y sostener que “La elección presidencial es algo secundario en este momento, lo más importante son las listas parlamentarias”.
Y, si eso no sucede, la advertencia es clara: “[…] no va a haber financiamiento para un circo como este”.
Los empresarios ya no se sienten necesitados de representantes. Han descubierto que sus negocios pueden funcionar solos. Lo que ha sucedido en Estados Unidos es un preludio de lo que puede suceder en el resto del planeta. Los adelantos tecnológicos han permitido todo ello. El empresariado puede, ahora, dirigir por sí mismo la sociedad. Es uno de los signos que muestran los tiempos actuales. Y para las clases dominadas y su política de alianzas, la obligación de no olvidar jamás que el pequeño empresariado ―y parte del mediano― pueden ser aliados suyos en las justas electorales que se avecinan.
Notas
Varios autores: “Carta abierta a José Antonio Kast, Evelyn Matthei, Johannes Kaiser y a los dirigentes y candidatos al congreso de la oposición al gobierno”, ‘El Mercurio’, 19 de juio de 2025, pág. C-7.
Varios autores: Id. (2).
Varios autores: Id. (2).
Weissmen Senno, Iván: “’O se unen o no hay plata’: el mensaje soterrado de la derecha económica a Kast, Mastthei y Kaiser”, ‘El Mostrador’, 14 de julio de 2025.
Moreno, Marco: “Insert coin: los empresarios entran al juego presidencial”, ‘The Clinic’, 26 de julio de 2025.
Véase la obra de Norberto Bobbio ‘Izquierda y derecha”, editado por Penguin y otras editoriales.
No está de más recordar que esas palabras se arrastran desde la Revolución Francesa. Jamás fueron empleadas por Marx.
La rotación del capital es un ciclo que, a grandes rasgos, podemos describir como D-M-P-D’-M’-P’, siendo D dinero, M mercancía y P producto.
Gómez L., Víctor: “El motor de la historia”, ‘El Ciudadano’, 25 de julio de 2025,
Redacción: “Diputado Longton rechaza vínculos de Matthei con mundo empresarial y califica críticas a Sutil como ‘de mal gusto’”, Radio Universidad de Chile, 06 de agosto de 2025.
Meza, Cristián: “Las críticas del presidente Boric a ‘llamado al orden’ del empresariado a Kast, Matthei y Kaiser”, ‘El Dínamo, 06 de agosto de 2025.
Pizarro Hofer, Roberto: “Quién manda aquí: ¿Políticos o empresarios?”, ‘El Desconcierto’, 09 de agosto de 2025.
Marusic, Mariana y Villena, Maximiliano: “Nicolás Ibáñez: ‘La elección presidencial es algo secundario en este momento, lo más importante son las listas parlamentarias’”, ‘Pulso’, 03 de agosto de 2025.
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