
por Andrés Figueroa Cornejo
A 52 años del golpe de Estado de 1973, en Santiago de Chile se realizó la tradicional romería de memoria y resistencia desde el centro de la Alameda hasta el Cementerio General, este año convocada por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y Sociales, liderada por la Asociación de Familiares de Ejecutadas y Ejecutados Políticos (AFEP) y su presidenta, Alicia Lira.
Como es habitual, independientemente de las autoridades de turno, las fuerzas especiales de carabineros, armadas con coches blindados, gases lacrimógenos, gas pimienta y agua mezclada con cal y tóxicos, arremetieron contra la columna de manifestantes a poco tiempo de iniciada la marcha. Por medio de la violencia descontrolada, los agentes uniformados y otros vestidos de civil, consiguieron fragmentar la caminata parcialmente. Hasta el término de este reporte se contaban 7 personas detenidas.
En un sencillo escenario, justo antes de la entrada al Memorial de la y el Detenido Desaparecido y Ejecutado Político que se erige en el Cementerio General, Alicia Lira, notablemente afectada por los gases policiales, dijo que «quiero señalar al gobierno, al Ministerio del Interior, que aquí nos tiene arrinconada la represión de carabineros, en unos pocos metros de la calle Recoleta, cuando sólo queremos rendirle un homenaje al presidente Salvador Allende. Hoy día apenas podemos hablar, después que nos aseguraron que en este podio podíamos hacer tranquilamente nuestro acto cultural y político», y añadió que «pese a que intentan obstaculizar nuestra marcha, aquí estamos enteras, con esperanza y amor. Y vamos a seguir estando y luchando. Aún nos falta conocer el paradero de mil cien familiares. Repudiamos a la derecha y su negacionismo. Nadie nos quitará el derecho que conquistamos en plena dictadura de reivindicar la lucha que dieron nuestras compañeras y compañeros por terminar con el terrorismo de Estado en Chile. Y seguiremos luchando para acabar con el proyecto de ley que quiere liberar a los criminales de la dictadura que están en la cárcel de Punta Peuco; así como no abandonaremos la lucha por construir una sociedad más justa e igualitaria».
Paralelamente, en las afueras de la embajada de Estados Unidos en Santiago, un piquete de integrantes de la Plataforma Anticapitalista y Popular, desplegó un lienzo y expresó que «Venimos para que nos explique el gobierno gringo de ahora y el de antes dónde metieron a la mitad de Chile el 11 de septiembre de 1973. La amputación ejecutada sobre el proceso de la Unidad Popular, planeada y financiada por el Departamento de Estado del imperio, tiene consecuencias feroces hasta el presente. No sólo políticas, sociales, económicas y culturales. Los dueños de la carnicería humana internacional también se empeñan en arrancarnos el horizonte emancipatorio de las clases trabajadoras y populares. Quieren que las y los oprimidos de esta humanidad que sobrevive al fin austral del mundo extraviemos la brújula y el sentido. Que nos resignemos frente al saqueo, la explotación y la destrucción de la naturaleza. Que nos reduzcamos a recursos humanos, número de serie, fuerza de trabajo barata, clientes, enemigos entre hermanos de clase».
También precisaron que «Al mismo tiempo, Washington sostiene política y militarmente a la entidad sionista de Israel mientras asesina, hiere mortalmente, ocupa y aniquila al pueblo de la Palestina nuestra, territorio de sencillos. Genocidio sobre niños, población civil, hospitales y periodistas. Y en medio de la muerte sionista, sólo más muerte en los escombros. ¿Hacia dónde puede huir un pueblo entero, ausente de escapatoria ante una invasión bélica en 5G, robotizada, dirigida por un puñado de sociópatas, tan Netanyahu y tan Trump, tan crimen serial y tanta impunidad?», y agregaron que «Como en el septiembre chileno de 1973, como en estos días en Gaza y Cisjordania, también la clase gringa en el poder apunta su mirilla contra Venezuela. Nuevamente, ya no satisfecha con el bloqueo económico brutal sobre la humanidad bolivariana, moviliza su flota de marines sobre las costas caribeñas».
Los militantes populares dijeron que «La asociación ilícita terrorista y clan estratégico del crimen organizado planetario, también llamado clase dominante estadounidense, mata a diestra y siniestra en nombre de la libertad, los derechos humanos, la democracia, la lucha contra el narcotráfico. Pero al interior de cada uno de esos envoltorios, solamente existe supremacismo, colonialismo, subordinación, dictadura capitalista, expropiación a sangre y fuego de bienes comunes», y sumaron que «Por los pueblos de Chile, Palestina y Venezuela hemos venido al búnker gringo. Por la vida hemos llegado aquí. Miren. Estamos blindados con las convicciones más altas de la memoria y la resistencia popular, de la solidaridad internacionalista, de la mano que abraza a su igual y al mismo tiempo empuña sus fuegos, razón y voluntad hacia el mayor enemigo conocido en la historia de los seres humanos».
Y dirigiéndose a la embajada misma, afirmaron: «Miren, representación diplomática de la barbarie y el crimen, que de su conducta imperial salen nuestras fuerzas y las fuerzas de todos lo que vendrán tras su liberación. Más temprano que tarde, este lugar será apenas una huella cenicienta del futuro. Y cuando no existan más oprimidos y opresores, fundidos con el pueblo norteamericano, juntos celebraremos la victoria revolucionaria del género humano».
Este domingo 7 de septiembre, la ciudad de Santiago amaneció mojada. Tarda en llegar la primavera.

* Las imágenes fueron tomadas por el autor de la nota y son de libre disposición