
Les compartimos otra traducción de Bolívar Echeverría, «Juanita, la pirata», publicada en la revista Pucuna, núm. 6, abril de 1965. Se trata de la conocida canción Seeräuber, Jenny, escrita por Bertolt Brecht y musicalizada por Kurt Weil para la celebre Opera de los tres centavos (Drei Groschenoper – 1928). En ella se narra la historia de Juanita (Jenny), una mujer que es explotada y maltratada por sus patrones hasta que decide vengarse de ellos y junto con una comunidad de piratas destruye la ciudad con un barco de ocho velas y cincuenta cañones. Agregamos en nuestra publicación, la celebre interpretación de la canción de Lotte Lenya.
Patroncitos, ahora me ven aquí lavando platos
y haciendo la cama a cualquiera.
Y me pagan un real y agradezco volando.
Y ven mis harapos y este harapiento hotel.
Y ustedes no saben con quién hablan.
Una tarde habrá un griterío en el puerto
y preguntarán: “¿que griterío es ese?”
Y me verán sonriendo entre mis platos.
Y me dirán: “¿de qué se ríe, pues, esa?”
Y un barco de ocho velas
y cincuenta cañones,
se asomará hacia el muelle.
Y me dirán: “anda hijita, lava los platos”
y me entregarán el real.
Y se aceptará el real y se hará la cama
(Nadie más dormirá en ella esta noche)
Y no sabrán todavía quién mismo soy.
Pues esa noche habrá un estruendo en el puerto.
Y preguntarán: “¿qué estruendo es ese?”
Y me verán asomada a la ventana,
Y dirán: “¿por qué se ríe, pues, la malvada?”
Y el barco de ocho velas
y cincuenta cañones,
bombardeará la ciudad.
Patroncitos, ahí sí se acabarán las risas
pues los muros han de caer
y de la ciudad se hará campo raso,
sólo un hotel harapiento se salvará de todo roce.
Y preguntarán: “¿quién será, pues, el que vive allí?”
Y esa noche habrá un griterío frente al hotel.
Y preguntarán: “¿por qué se ha salvado sólo el hotel?
Y por la mañana me verán a mi pasar por la puerta.
Y dirán: “ESA ha vivido ahí”
Y el barco de ocho velas
y cincuenta cañones,
ha de embanderar el mástil.
Y han de desembarcar cien hombres
y entrarán en las sombras del mediodía.
Y de cada puerta irán sacando uno,
lo pondrán en cadenas y lo traerán ante mí.
Y preguntarán: “¿cuál de éstos hay que matar?”
y ese medio día habrá silencio en el puerto,
pues se preguntarán cuál es el que va a morir.
Y entonces me oirán decir: “¡Todos!”
y cuando las cabezas caigan yo diré: “¡Bravo!”
y el barco de ocho velas
y cincuenta cañones,
se alejará conmigo.
Fuente: Blog de Bolívar Echeverría