
por Andrés Figueroa Cornejo
Este 17 de septiembre, un grupo de luchadores sociales se apostó en el ingreso de la embajada de Estados Unidos en Santiago de Chile, con el propósito de protestar contra el injerencismo militarista, político, económico y cultural del imperio de norte sobre el pueblo y gobierno de Venezuela.
El acecho de los buques de guerra norteamericanos distribuidos en el Caribe y que cuentan, además, con bases bélicas plantadas por doquier en Colombia y Centroamérica se explican porque «La carrera entre las distintas potencias imperialistas y subimperialistas por apropiarse los bienes comunes clave en los actuales procesos de producción se ha acelerado (…) y los yanquis han salido a reclamar, una vez más, su “patio trasero”», indica la declaración pública leída coralmente por los manifestantes.
El piquete de militantes antiimperialistas precisó que «La ofensiva bélica estadounidense es a escala planetaria y violatoria de cualquier norma internacional. El genocidio en Gaza, la hipocresía de las falsas negociaciones con Irán y con Rusia; y la puesta en práctica por primera vez en la historia reciente de atentados de decapitación política y militar exhiben un actuar sin límites éticos. Las decapitaciones ya se ejecutaron en Irán, en el Líbano, en Yemen y en Gaza: allí están los dirigentes, gobiernos o comandancias militares enteras liquidadas con bombas de calibre inusitado por parte de Estados Unidos y de su brazo armado en Asia Occidental, la entidad sionista», y agregó que «Hay que tener en cuenta estas nuevas realidades a la hora de enfrentar a Estados Unidos desde América Latina; no podemos ser una vez más ilusos. Asistimos a la actuación descarada de una potencia política y militar que a dentelladas supremacistas, coloniales e injerencistas busca arrodillar a los pueblos latinoamericanos según sus intereses, enemigos de la humanidad».
Los congregados recordaron que «La ofensiva yanqui sobre Venezuela se inició desde el comienzo mismo de la Revolución Bolivariana. El intento de golpe de Estado en 2002 y el bloqueo económico, entre muchas otras maniobras desestabilizadoras, fueron enfrentadas y derrotadas en ese entonces por el comandante Hugo Chávez a la cabeza de la revolución, quien se paró firme contra el imperialismo, a la vez que estableció nuevas y distintas alianzas en el plano internacional», y sumaron que «En estos momentos, las clases dominantes gringas han movilizado buques militares y fuerzas aéreas a la región del Caribe frente a las costas venezolanas y ya hicieron volar por los aires tres lanchas supuestamente contrabandistas. Lo que se viene es incierto, pero estamos en un momento donde en diversas regiones del planeta los Estados Unidos no muestran autorregulación o restricción moral alguna. El gobierno venezolano, por su parte, se ha unido férreamente y de manera desafiante para enfrentar las amenazas injerencistas».
Finalmente, los luchadores sociales afirmaron con vehemencia que «Nuestra convicción fundamental como pueblo latinoamericano y rebelde es sencilla y resuelta: Venezuela no se toca».

* Las imágenes fueron tomadas por el autor de la nota y son de libre disposición.